Donde estaba la nevera le cortaron la energía, así que poco a poco se fue descongelando, derritiendo su capa de hielo hasta que quedo descubierta su piel blanca aun más pálida. Empujó la puerta despacio pues sus articulaciones aun no se movían bien, y al abrirse la puerta se encontró sólo con el paisaje de su ciudad destruida, acabada, con una extraña sombra de tristeza. La pared de lo que era su cocina, estaba demolida dejando un inmenso hueco que te tiraba al abismo del edificio. Bajó como pudo, y sólo veía las ruinas de su ciudad, no sabía ni lo que había pasado ni cuánto tiempo duró ella en la nevera. La Ciudad estaba desolada, vacía, silenciosa. "El mundo se vino abajo sin mi" pensaba ella en una de sus personalidades. Caminaba despacio mirando como no quedaban ni los cimientos de los edificios que antes ocupaban la vista desde la ventana de su casa. Aturdida por el silencio de la muerte, preocupada por el pasado de los suyos y el futuro propio; pero en su caminar la so
(Y todo lo que ésta puede hacer)